Una de las áreas que prestigia a nuestro Sindicato, y que con el correr de los tiempos se ha transformado en un verdadero emblema, es el Taller de Inclusión, que en este mes de agosto cumple cinco años desde su inauguración.
A este espacio concurren chicos y adultos, quienes participan en sus diversas actividades, entre las que se pueden mencionar sublimado, canto y vocalización, reflexión, percusión, arte combinado, alfabetización, muñecos de tela, etc.
Los artículos que allí producen los alumnos son ofrecidos a la venta, como en este mes en especial ante la celebración del Día del Niño.
La columna vertebral del Taller es la integración de todos sus alumnos, en procura de una inclusión abarcativa en el tiempo y en el espacio.
En tal objetivo trabaja todo el cuerpo docente, en paralelo con otras áreas del Sindicato donde los alumnos tienen las puertas abiertas para poder desarrollar otras inquietudes u otras disciplinas.
La mayoría de los asistentes al Taller de Inclusión se conocen desde el inicio del mismo y, a lo largo de estos cinco años, han conformado un grupo muy homogéneo, con características comunes, lo que permite establecer entre ellos una relación de semejanza y uniformidad en cuanto al entusiasmo y al esfuerzo.
El entusiasmo, al decir de las profes, se nota, entre otras cosas, porque todos llegan antes del horario de comienzo de las clases, momento que aprovechan para multiplicar sus lazos de amistad y compañerismo.
Y, sin dudas, ello es sinónimo también de una demostración de pertenencia al Taller, en particular, y al Sindicato en general.
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