Nuestro Sindicato Empleados de Comercio de Rosario se ha declarado en estado de alerta y realización de asambleas informativas en todas las sucursales de la ciudad de Rosario, frente a la presentación de un Proceso Preventivo de Crisis que realizó Carrefour a nivel nacional.

Mientras desde la empresa de capitales franceses dicen que atraviesan “una situación económica compleja luego de tres años de pérdidas en el país”, nosotros afirmamos que Carrefour tiene ganancias exorbitantes, pero una muy mala gestión.

Diego Virgili, miembro del consejo directivo de nuestro gremio y uno de los delegados gremiales del citado super en Rosario, expresó que “Carrefour no está en crisis y tienen ganancias exorbitantes. Lo que sí hemos observado son años de mala gestión, de mala administración, del presidente del directorio de esta cadena de capitales extranjeros para abajo, lo que llevó a la empresa a esta situación, en un contexto en el que ha bajado el consumo”.

Agregó que “eso es una realidad social que vemos todos los días, pero no implica que estén atravesando una crisis empresarial”.

Exorbitantes ganancias

Virgili recordó que, cuando al 31 de diciembre de 2015 el Sindicato realizó un relevamiento para comparar a cuánto compran y a cuánto venden algunos supermercados, en Carrefour se detectó la exorbitante e insultante ganancia que obtenía esta cadena.

Con solo seis ejemplos, se demuestra que la “crisis” de Carrefour es una absoluta falacia:

-Lomo de novillito – 250% de recargo

-Papel higiénico – 134.90% de recargo

-Naranja de jugo – 130.62% de recargo

-Arroz – 95.76% de recargo

-Leche – 89.94% de recargo

-Pañales – 54.06% de recargo

Menos personal, más precarización

En forma paralela con esa situación de meterle la mano en los bolsillos a los consumidores, Carrefour, que se lleva todas sus ganancias a Francia, desde el año 2009 redujo la planta de trabajadores en las sucursales de Rosario, de 800 a los 453 puestos cubiertos actualmente.

Esta es la realidad que vemos desde nuestro Sindicato, lo cual nos lleva a desconfiar de esta solicitud de Carrefour, detrás de la cual detectamos la intención de la empresa de seguir reportando tasas de retorno a su casa matriz, a costa de despidos encubiertos, tras la figura del retiro voluntario.

Nuestro delegado gremial también sostuvo que “la práctica usual de estos años de reducción de personal es ofrecer indemnización a los trabajadores, bajar dotación para renovar la antigüedad, y muchas veces desde la figura del retiro voluntario, que para nosotros no son más que despidos encubiertos. Y se reduce la planta y el resultado es que un trabajador termina haciendo el trabajo de 2 ó 3, con una mayor precarización”.

Virgili aseguró que “lo fundamental son las fuentes de trabajo”, y que junto al Sindicato Empleados de Comercio de Rosario nos encontramos “en estado de alerta”, a la espera de la resolución ministerial.

Explicó también que el Procedimiento Preventivo de Crisis, que fue presentado ante el Ministerio de Trabajo de la Nación, le permitiría a la firma bajar las cargas patronales y ahorrarse entre un 45 y un 55%, por la asistencia estatal. Durante ese periodo, deben comprometerse a no despedir gente.

El dinero va a Francia

Para Virgili, el “huevo de la serpiente” es la tasa de retorno que se le exige a Carrefour desde su casa matriz en Francia.

“Carrefour está formando precios de acuerdo con la inflación, y como ha bajado el consumo y desde Francia siguen exigiendo el envío de una suma que nunca puede bajar, ajustan por el lado del trabajador, y en este caso pidiendo la asistencia mediante el procedimiento de crisis”, agregó nuestro compañero.

Y resaltó una contradicción en el manojo empresarial. “En los informes que van haciendo desde la compañía, los previstos en las ventas les da favorable, no le dan perdida, es decir los objetivos evaluados por la empresa ellos dicen que los cumplen y hasta 2015 fue el supermercado que más vendió en el país”.

Para la aprobación, Carrefour deberá presentar los balances contables de los últimos tres años ante el Ministerio, para demostrar el supuesto estado crítico de sus cuentas.