“La llaman la enfermedad del siglo XXI”, señaló un representante de la Sociedad Argentina de Reumatología al referirse a la fibromialgia. Desde que, hace menos de 25 años, esta patología fue reconocida oficialmente por la OMS, la cantidad presunta de casos fue aumentando, y podría abarcar a más del 2 por ciento de la población general. Este año se prevé la oficialización de nuevos y más precisos criterios de diagnóstico. Se desconocen las causas de esta enfermedad, y la hipótesis más admitida las refieren a trastornos en el sistema nervioso central.
“La fibromialgia es más frecuente de lo que se piensa –advirtió Julio Hofman, coordinador del Grupo de Estudio de Fibromialgia de la Sociedad Argentina de Reumatología (SAR)–: datos internacionales hablan de un 2 a un 5 por ciento de la población general. En consultorios de atención primaria, las consultas por esta patología pueden representar entre el 6 y el 10 por ciento del total; y el 20 por ciento de las consultas de reumatología. Por eso algunos la llaman la epidemia del siglo XXI.”
“Esta enfermedad solía ser rechazada por los médicos, porque no cuenta con elementos de diagnóstico como los análisis de laboratorio o las imágenes: el diagnóstico es puramente clínico, basado en el examen y el interrogatorio. En 1990, el Colegio de Reumatología de Estados Unidos publicó los primeros criterios de clasificación y diagnóstico: se basan en la existencia de dolor generalizado en los cuatro cuadrantes del cuerpo, durante tres meses o más, y en la presencia de por lo menos 11 puntos dolorosos específicos sobre un total de 18”, observó el especialista.
“Recién en 1992 –continuó–, la OMS incluyó la fibromialgia en la clasificación internacional de enfermedades, y en 1994 la reconoció la Asociación Internacional del Dolor. En los últimos años, su estudio creció muchísimo, pero las causas todavía no se conocen. Las hipótesis más fuertes, todavía no confirmadas, la refieren a trastornos en el sistema nervioso central: habría una hiperxcitabilidad, posiblemente por aumento de neurotransmisores excitatorios y déficit de sustancias inhibitorias. Los miembros de una familia donde exista fibromialgia tienen ocho veces más riesgo de padecerla, lo cual habla de una carga genética”, agregó.
“Para este año se prevé la aprobación de nuevos criterios que incluyen unas 28 áreas dolorosas y un cuestionario sobre cuestiones como la calidad del sueño, trastornos de equilibrio, sensibilidad a ruidos y cambios climáticos”, agregó el representante de la SAR.
“Básicamente, estos pacientes tienen mucho dolor –precisó–: dolor ante estímulos que normalmente no causan dolor, y esto se llama ‘alodinia’; o dolor aumentado ante estímulos dolorosos leves, y esto se llama ‘hiperalgesia’. También hay cansancio, alteración del sueño, trastornos de la memoria, pérdidas de equilibrio; los cambios climáticos o los ruidos fuertes contribuyen al aumento del dolor. Muchos presentan depresión, lo cual es bien comprensible en una persona que se levanta todos los días con dolor en todo el cuerpo, que durmió mal y se despertó varias veces, que está todo el día cansado y el cansancio no mejora con el reposo y a veces le impide ir a trabajar.”
“Muchas veces, los médicos laborales no reconocen esta enfermedad. Sin embargo, existen exámenes clínicos y cuestionarios establecidos que permiten diagnosticar y medir el impacto de la fibromialgia en la capacidad funcional del paciente”, subrayó el coordinador del Grupo de Fibromialgia de la SAR.
Fuente: Diario Página12