Por: Dr. Daniel Stamboulian
Este año sorprendió el regreso del sarampión y la gripe también dio la nota en el hemisferio norte con una vacuna que no ofreció la protección esperada. Qué debemos considerar para estar inmunes.
Falta poco para el comienzo del otoño y muchos ya se preparan para recibir la vacuna antigripal, que usualmente llega en el mes de marzo, pero ¿la recibiremos de forma habitual? La realidad es que no. Se esperan algunas demoras y se estima que recién para el mes de abril se pueda encontrar. No obstante, no hay por qué preocuparse ya que en general – como se vio en la pandemia de 2009- la gripe empieza en mayo. Esto significa que tenemos tiempo para vacunarnos.
Esta demora se debe a que, en el hemisferio norte, la vacuna que se aplicó ofrecía una protección entre un 20 y 25% menor a los virus circulantes, sobre todo a un serotipo en particular, que es el H3N2. Al hablar de influenza, siempre se refiere a tres variantes del virus muy importantes: el tipo AH1N1, que fue el de la pandemia de 2009, el AH3N2, que habitualmente nos preocupa porque cuando circula lo hace de forma intensa y el B.
Todos los años, en septiembre, la OMS recomienda las tres cepas (dos cepas de influenza A y una cepa de influenza B) que debe contener la vacuna antigripal a aplicar en el hemisferio sur. En la vacuna que se utilizó en la temporada invernal del hemisferio norte, la cepa H3N2 no estuvo muy bien cubierta por la vacuna. Cabe precisar que el 94,8% de los virus de influenza tipificados en Estados Unidos fueron atribuidos a la cepa Influenza A H3N2. El 35% de ellos correspondieron a la cepa que está incluida en la vacuna disponible para el hemisferio norte pero el 65% correspondió a otra cepa.
Por este motivo, el organismo internacional, recomendó cambiar dos de las tres cepas para la temporada de invierno de 2015. Esto implica la producción de cada uno de los antígenos e impacta en los tiempos de producción de todos los laboratorios, su liberación y en la disponibilidad de esta vacuna para todo el hemisferio sur.
Candidatos a vacunarse
Un aspecto importante en relación a la gripe es quiénes deben inmunizarse. En Estados Unidos es una vacuna universal, lo que significa que se recomienda a todas las personas mayores de 6 meses de vida.
En nuestro país, la vacuna antigripal fue incorporada en 2011 al Calendario Nacional de Vacunación. Según la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP), se recomienda la vacunación antigripal en los niños entre 6 y 24 meses, independientemente de los factores de riesgo; los niños, jóvenes y adultos de 2 a 64 años con factores de riesgo como problemas cardiovasculares, renales, diabetes, obesidad, enfermedad respiratoria crónica, pacientes con inmunodeficiencias congénitas o adquiridas, pacientes con enfermedades oncohematológicas o trasplantados. Las embarazadas tienen que recibirla sí o sí, fundamentalmente después del segundo trimestre porque tiene dos ventajas: protege a la madre y con los anticuerpos que produce confiere protección al bebé hasta los seis meses de vida. Las puérperas pueden recibir la vacuna hasta seis meses después del parto.
La vacuna antigripal también la recibimos los profesionales de la salud para no contagiarnos ni contagiar la influencia. Otro grupo muy importante que debe recibir esta vacuna es el de los mayores de 65 años.
Otro aspecto a destacar sobre la vacuna es que se trata de un compuesto inactivado, es decir que está formulada con virus muerto y, por lo tanto, no puede provocar la enfermedad.
LO QUE UNO TIENE QUE SABER ES QUE LA VACUNA ANTIGRIPAL ES SEGURA Y EFECTIVA
El Calendario para adultos
En el otoño, también es importante tener presente algunas de las vacunas del adulto y, entre ellas la vacuna contra el neumococo. La neumonía bacteriana por neumococo año a año se cobra más vidas alrededor del mundo que la malaria, el HIV y las enfermedades oncológicas combinadas. Afortunadamente disponemos de vacunas efectivas y seguras para protegernos de esta infección que los Centros para el Control de las Enfermedades de los Estados Unidos (CDC) recomiendan para las mismas personas que deben recibir la antigripal.
En agosto de 2014, el Comité Asesor sobre Prácticas de Inmunización (ACIP, según sus siglas en inglés) de los CDC votó a favor de recomendar a todos los adultos, a partir de los 65 años, la aplicación de rutina de la vacuna antineumocócica conjugada trecevalente (PCV13). Esta previene la neumonía y otras enfermedades causadas por trece tipos de neumococo. Se trata de una nueva herramienta que se suma así a la vacuna polisacárida (PPV23), que desde hace años se utiliza para la aplicación de rutina en los adultos mayores. Ambas inmunizaciones son seguras; pueden administrarse de modo simultáneo con otras vacunas –como la antigripal–, aunque en brazos distintos, y juntas proporcionan una mayor protección contra la neumonía y otras enfermedades neumocócicas.
Culebrilla
En los adultos mayores existe otra amenaza que puede ser prevenida por vacunas. Es la culebrilla, que afecta a 1 de cada 3 personas mayores de 60 años de edad. Esto se debe a que casi todas las personas hemos tenido varicela o estuvimos en contacto con el virus que la produce. En el adulto mayor, bajan las defensas y surge la culebrilla o herpes zóster (HZ), cuyo problema mayor es el dolor asociado a estas erupciones.
Para protegernos de esta infección, desde septiembre del 2014, tenemos una herramienta de prevención fundamental que es una vacuna efectiva y segura que se da en una sola dosis que se puede aplicar en cualquier momento del año.
Sarampión
Un tema del que se viene publicando bastante en los medios es el del brote de sarampión originado en Disneylandia. Recientemente hubo brotes en Colombia y Europa. Por suerte en nuestro país estamos bastante protegidos contra esta enfermedad pero debemos recordar que antes de viajar a este tipo de destinos, debemos revisar si hemos recibido la vacuna del sarampión.
Aquellas personas menores de 50 años (sobre todo los adolescentes) que no recuerden si están inmunizadas, nunca está demás recibir una dosis de la vacuna triple viral que confiere protección contra el sarampión la rubéola y las paperas.
Fuente: Infobae