Más de 40 compañeros mercantiles realizaron una visita guiada a la ex Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA), con el propósito de examinar la historia para apelar a la formación y capacitación permanente. Teniendo en cuenta que aquél edificio fue una de las sedes más importantes al servicio de la última dictadura militar, sensaciones híbridas de dolor, angustia, impotencia e indignación se conjugaron en las 3 horas y media que duró el recorrido.
Durante los años del horror, la ESMA se convirtió en uno de los principales centros clandestinos de detención, tortura y exterminio. Convertido hoy en un espacio de memoria y Derechos Humanos, se trató de un viaje real al pasado. En efecto, Anabel Rodríguez, guía de la visita, fue la encargada de trasladar a nuestros compañeros hacia uno de los momentos más duros de la historia de nuestro país a través de un recorrido exhaustivo por cada una de las zonas que conforman el emblemático predio.
Entre 1976 y 1983 pasaron por la ESMA casi 5 mil personas -en su mayoría desaparecidos-, quienes se convirtieron en víctimas directas del atroz accionar militar. Tal como se conoce, las torturas alternaban entre físicas y psicológicas, con el objetivo último de la degradación y la sumisión constante. El despojo no fue sólo material sino además simbólico. De hecho, quienes ingresaban al edificio en calidad de detenidos dejaban de poseer nombre y apellido para convertirse en meros números.
El juego cruel con la esperanza de liberación estaba a la orden del día. Muchos de los detenidos en la ESMA eran sometidos a trabajos esclavos con la falsa promesa de la excarcelación. Las mismas víctimas eran obligadas a elaborar actas, pasaportes y DNI adulterados, documentos a merced de amiguismos militares.
Junto a la estudiantil, la clase obrera fue uno de los principales ejes sociales que los militares pretendieron aniquilar, tanto por ideología como por la fuerza asociativa que los trabajadores han tenido históricamente. Por tal motivo, el recorrido no dejó de entumecer a nuestros compañeros que visitaron el lugar, imprimiendo un sello de identificación con cada una de las víctimas de la infamia y la crueldad.
La visita estuvo organizada por la Comisión de la Juventud de nuestro gremio y asistieron miembros de la Comisión de Mujeres, delegados gremiales, trabajadores de nuestro sindicato y miembros de la comisión directiva.