Entre julio de 2006 y julio de 2014, la cadena de supermercados Coto redujo la plantilla de su personal en las sucursales asentadas en nuestra ciudad de Rosario, pasando de 879 trabajadores a 610. O sea, 269 puestos de trabajo menos.
Las ventas en esas sucursales no han bajado y, además, los márgenes de ganancias son cada vez mayores.
Por lo tanto, al reducir la cantidad de trabajadores y tener cada día más ventas, cómo hace este supermercado para atender la demanda de sus clientes?: multiplica las tareas asignadas a cada trabajador, amenazándolos con despidos u otras medidas si no lo aceptan.
La reducción del personal podría tener alguna justificación si la empresa estuviese atravesando por un período de crisis, pero definitivamente no es así.
En el año 2013, Coto recaudó 13 mil millones de pesos ($ 13.000.000.000), lo que equivale a decir una entrada de 36 millones ($ 36.000.000) por día y a un millón 500 mil pesos por hora ($ 1.500.000).
Paralelamente, y en contraposición a un supuesto problema económico-financiero, Coto realizó una inversión millonaria en la bahía de Biscayne, Miami, al comprar un terreno de más de una hectárea por el cual pagó 125 millones de dólares (u$s 125.000.000).
Las inversiones siguieron en el extranjero y luego cerró otra operación inmobiliaria, esta vez en Madrid, comprando un edificio en el Paseo de la Castellana por el cual pagó 70 millones de euros.
Además de no tener problemas “de caja”, evidentemente tampoco tiene inconveniente para despreciar a su país, la Argentina, y elegir otros lugares donde llevar su dinero.
Una vez más, Coto demuestra que persigue el lucro sin bandera.