La mano asesina de la Dictadura que se apoderó de la Argentina desde 1976 hasta 1983, no sólo secuestró, torturó, mató y se apoderó de niños, sino que también sumió a cientos de jóvenes argentinos en una guerra en Malvinas, guerra que estaba perdida antes de comenzar.
Los bravos soldados combatientes no llevaban la ropa adecuada para hacer frente a las bajísimas temperaturas; estuvieron muy mal alimentados y, cuando salían por las noches a buscar algún alimento, luego eran estaqueados por el “delito cometido”; no llevaban el armamento necesario para enfrentar a los ingleses, enemigo poderoso. Y así muchas cosas más.
La decisión de ir a la guerra la tomó quien por entonces era el presidente de facto de la Argentina, el general Leopoldo Galtieri, apoyado por los jefes de las tres fuerzas.
Parafraseando el dicho popular de “entre gallos y medianoche”, Galtieri tomó la decisión entre whiskis y medianoche.
Tremendo enfermo alcohólico que les dictó la sentencia de muerte a cientos de jóvenes hermanos argentinos y tremendas e imborrables secuelas a muchísimos sobrevivientes.
En el tema Malvinas, también deberíamos expresar, muy fuertemente, NUNCA MAS a una guerra.
Nuestro país debe luchar desde la diplomacia y desde las negociaciones adultas, por el derecho de Soberanía que nos asiste en este territorio austral, y para decir también NUNCA MAS a los sistemas colonialistas, como el de Gran Bretaña.
En memoria de quienes dieron su vida y en homenaje a quienes han podido sobrevivir al horror de esa guerra, desde
este Sindicato Empleados de Comercio queremos invitarlos a reflexionar a partir de la lectura de esta carta, que el soldado y docente Julio Cao, le envió a sus alumnos mientras estaba en Malvinas.
Julio murió en la guerra y este es el texto de la carta:
A mis queridos alumnos de 3º “D”:
No hemos tenido tiempo para despedirnos y eso me ha tenido preocupado muchas noches aquí en Malvinas, donde me encuentro cumpliendo mi labor de soldado: defender la Bandera.
Espero que ustedes no se preocupen mucho por mí, porque muy pronto vamos a estar juntos nuevamente y vamos a cerrar los ojos y nos vamos a subir a nuestro inmenso Cóndor y le vamos a decir que nos lleve a todos al país de los cuentos, que como ustedes saben, queda muy cerca de Malvinas.
Y ahora, como el maestro conoce muy bien las islas, no nos vamos a perder.
Chicos, quiero que sepan que a la noche, cuando me acuesto, cierro los ojos y veo cada una de sus caritas riendo y jugando y que cuando me duermo, sueño que estoy con ustedes.
Quiero que se pongan muy contentos porque su maestro es un soldado que los quiere y los extraña. Ahora sólo pido volver pronto con ustedes. Muchos cariños de su maestro que nunca se olvida de ustedes.
Afectuosamente Julio