Como cada año desde 1977, este miércoles 8 de marzo se conmemora una vez más el Día de la Mujer Trabajadora, en homenaje a la lucha llevada adelante por cientos de empleadas textiles que se manifestaron en Nueva York por la igualdad de derechos y oportunidades en los ámbitos laboral, social y político.

Todo comenzó el 8 de marzo de 1875 cuando la rebelión de estas trabajadoras fue reprimida por la policía y cuyo horroroso saldo fue el asesinato de 120 de ellas.

Más adelante, en 1908 se produjo una huelga en la textil Cotton de Estados Unidos cuando las mujeres pedían por la reducción de la jornada laboral a 8 horas, un salario igual al que percibían los hombres, la mejora en las condiciones laborales, el fin del trabajo infantil, el derecho al voto y el entrenamiento vocacional.

En esa oportunidad 129 obreras murieron a causa de un incendio en la fábrica mientras realizaban la medida de fuerza.

Así, la Asamblea General de las Naciones Unidas de 1977 declaró el Día Internacional de la Mujer Trabajadora e invitó a los Estados del mundo que hagan lo propio en cada país.

Este día es una oportunidad para reflexionar sobre los logros alcanzados en cuanto a la igualdad de género, pero también para reconocer los desafíos que aún quedan por superar. En muchos países, las mujeres siguen enfrentando discriminación y desigualdades en el acceso al empleo, la educación, la salud y la participación política.