Un numeroso grupo de directivos e integrantes del cuerpo de delegados de la Asociación Empleados de Comercio de Rosario se movilizan en la mañana de este jueves frente a las puertas de IRT, firma que funciona en Buenos Aires 2080 y presta servicios a empresas en los rubros de control de ausentismo, exámenes preocupacionales, etc..

La movida del gremio es para protestar contra la actitud de los profesionales de IRT, que reiteradamente desconocen las indicaciones que los médicos de cabecera de un trabajador mercantil vuelcan a través de un certificado cuando detectan alguna dolencia.

Caso testigo

Se han dado casos como este: una empleada de un call center consultó a un médico particular por estar afectada de la voz, que es su arma de trabajo. El profesional que la atendió le indicó varios días sin ir a trabajar porque estaba afónica (pérdida total o parcial de la voz como consecuencia de una incapacidad o de la dificultad en el uso de las cuerdas vocales) y en consecuencia se le hacía imposible seguir con sus tareas. Cuando esta trabajadora traslada la novedad a la empresa donde cumplía sus funciones, le indican que debe ir a la IRT para verificar el diagnóstico. Allí, el profesional que la atiende, haciendo caso omiso al certificado médico que llevaba la chica afectada, le manifiesta que debe volver al trabajo, cosa que no pudo concretar porque literalmente había perdido la voz.

Qué ocurre entonces en casos como este?. Al no presentarse a trabajar, desde la empresa recibe un telegrama “por abandono de trabajo”, sin derecho a ningún tipo de reclamo.

Ante este tipo de situaciones, que se registran reiteradamente, y frente al cuadro de desaprensión demostrado por IRT, la Asociación Empleados de Comercio no sólo lleva a cabo esta movilización sino que, además, ha solicitado la intervención del Ministerio de Trabajo de la provincia y del Colegio de Médicos de Rosario.

El propósito es que se logre establecer un protocolo de especificaciones mínimas que debe contener todo examen médico relativo a la enfermedad que padece el trabajador y que le impide la prestación de sus tareas.

De esa manera se busca un examen profesional respetuoso de la calidad del acto médico para que no ocurra, como en la actualidad, que el trabajador es perjudicado por el diagnóstico suscripto por IRT, que se contrapone con el certificado médico emitido por el médico de cabecera