Este 24 de Marzo se cumplen 40 años de una de las noches más negras –si no la más- para nuestra Patria.
El Ejército, la Armada y la Fuerza Aérea se alzaron contra el gobierno constitucional de Isabel Martínez de Perón.
Pero no lo hicieron solamente las Fuerzas Armadas; también una gran porción del sector civil apoyó y avaló el Golpe de Estado, que como bien lo señala este término no es sólo un golpe al gobierno del momento, sino a todo un Estado.
Es decir, a la Nación.
Jorge Rafael Videla, Emilio Eduardo Massera y Orlando Román Agosti encabezaron ese alzamiento siendo, por entonces (1976), comandantes en jefe de sus respectivas armas e integrantes de la Junta Militar que se apoderó del gobierno nacional hasta diciembre de 1983.
Entre el Golpe de Estado y la vuelta a la Democracia, fueron muchos los dictadores que se iban sucediendo en el Gobierno, como presidentes de facto.
Ese asalto al poder el 24 de marzo de 1976, por medio de las armas, tuvo también la participación de varios sectores civiles. El más notorio, el del poder económico, representado en la figura de José Alfredo Martínez de Hoz, ministro de Economía de la Dictadura hasta 1981.
Tanto desde las armas como desde lo económico, el Estado fue tomado por asalto y se vivieron las atrocidades más inimaginables de que se tengan memoria en Argentina a partir del terrorismo de Estado: desaparición forzada de 30.000 personas; apropiación de hijos de detenidos/desaparecidos; los vejámenes y torturas más aberrantes (relatados por sobrevivientes ante la Justicia); persecuciones; robo de bienes del Estado; robo de propiedades de detenidos/desaparecidos, etc.
Llegó diciembre de 1983 y felizmente Argentina retomó el camino de la Democracia.
A poco de asumido el Gobierno Nacional por parte del doctor Raúl Alfonsín, quien había resultado electo en los comicios de octubre de 1983, se inició el histórico Juicio a las Juntas, proceso judicial realizado por la justicia civil (por oposición a la justicia militar) contra los integrantes de las tres primeras juntas militares de la dictadura.
Videla y Massera fueron condenados a reclusión perpetua e inhabilitación absoluta perpetua con la accesoria de destitución.
Los jueces basaron sus condenas, a esos dictadores y a otros muchos militares y civiles más, en los testimonios que dieron sobrevivientes de ese verdadero infierno que fueron los centros clandestinos de detención, que previamente habían sido recogidos por la Comisión Nacional sobre Desaparición de Personas, Conadep, e impresos en el libro “Nunca más”.
El fiscal Julio César Strassera, quien tuvo la ardua tarea de armar la acusación contra los dictadores, en su alegato final, para cerrar la acusación, dijo la famosa frase: “Señores jueces, NUNCA MAS”.
Y nosotros, desde el Sindicato Empleados de Comercio de Rosario, nos sumamos a esa frase y agregamos: SIEMPRE DEMOCRACIA NACIONAL Y POPULAR.